Hasta Bomberos de Curanilahue y Cañete lucharon contra las llamas......
Faltaba más de una hora para que las tiendas comerciales Janoy de avenida Ignacio Carrera Pinto, a la altura del 1465 en Cerro Alto, abrieran sus puertas para recibir a su clientela en una jornada que como siempre sería normal. Sin embargo, el destino diría otra cosa, porque pasadas las ocho de la mañana, las sirenas de Bomberos ponían en alerta a voluntarios y a toda la comunidad. Quienes pasan por la principal avenida observaban como el humo y las llamas comenzaban a amenazar la propiedad donde se ubican los locales y también las oficinas de atención de la empresa Jota Ewert. Al cabo de algunos minutos Bomberos se hacía cargo de la situación, mientras que Carabineros suspendió el tránsito y aisló el sitio para que las brigadas de extinción trabajaran con toda rapidez y libertad en procura de que esta emergencia concluyera prontamente. Pero no fue así y el fuego rápidamente avanzó por gran parte de la propiedad de madera de dos niveles, destruyendo todo lo que se le pusiera a su paso. IMPACTO La gente que salió desde sus casas y quienes a esa hora transitaban por la avenida, observaban atónitos esta situación, mientras que otros trataban de ayudar en la medida de sus posibilidades. Frente al panorama y al descontrol del fuego que no era posible cubrir con el esfuerzo de las compañías Primera y Segunda, se decidió pedir apoyo a Cañete y Curanilahue que prontamente llegaron. Veinte minutos para el medio día, casi tres horas después de iniciado el incendio, Bomberos logró apagarlo por completo. A simple vista se podía observar los cuantiosos daños que provoco en las tiendas Janoy como también en la oficina, todas estas dependencias de propiedad de Alejandro Recabarren, domiciliado en el mismo lugar específicamente en la parte interior, sector que también sufrió daños.
Faltaba más de una hora para que las tiendas comerciales Janoy de avenida Ignacio Carrera Pinto, a la altura del 1465 en Cerro Alto, abrieran sus puertas para recibir a su clientela en una jornada que como siempre sería normal. Sin embargo, el destino diría otra cosa, porque pasadas las ocho de la mañana, las sirenas de Bomberos ponían en alerta a voluntarios y a toda la comunidad. Quienes pasan por la principal avenida observaban como el humo y las llamas comenzaban a amenazar la propiedad donde se ubican los locales y también las oficinas de atención de la empresa Jota Ewert. Al cabo de algunos minutos Bomberos se hacía cargo de la situación, mientras que Carabineros suspendió el tránsito y aisló el sitio para que las brigadas de extinción trabajaran con toda rapidez y libertad en procura de que esta emergencia concluyera prontamente. Pero no fue así y el fuego rápidamente avanzó por gran parte de la propiedad de madera de dos niveles, destruyendo todo lo que se le pusiera a su paso. IMPACTO La gente que salió desde sus casas y quienes a esa hora transitaban por la avenida, observaban atónitos esta situación, mientras que otros trataban de ayudar en la medida de sus posibilidades. Frente al panorama y al descontrol del fuego que no era posible cubrir con el esfuerzo de las compañías Primera y Segunda, se decidió pedir apoyo a Cañete y Curanilahue que prontamente llegaron. Veinte minutos para el medio día, casi tres horas después de iniciado el incendio, Bomberos logró apagarlo por completo. A simple vista se podía observar los cuantiosos daños que provoco en las tiendas Janoy como también en la oficina, todas estas dependencias de propiedad de Alejandro Recabarren, domiciliado en el mismo lugar específicamente en la parte interior, sector que también sufrió daños.
